A lo largo de la historia las religiones han recurrido constantemente al proselitismo y a la propaganda para expandirse. Es algo inherente al ser humano, tendemos a hacer publicidad de nuestras ideas y aunque creamos que es por el bien de los demás lo cierto es que no deja de ser un intento de conversión egoísta… como el de este bloc, porque negarlo. Y así llegamos al siglo XXI en que el ateísmo se sube al carro de utilizar la publicidad. Hoy (12/01/09) se han puesto en movimiento los autobuses con el lema importado de Londres, “probablemente Dios no existe, deja de preocuparte y disfruta la vida”.
En mi opinión esta campaña es una completa estupidez, por varios motivos. El primero es que no acabo de entender el objetivo que se persigue, y más cuando una de las críticas que se han hecho a las iglesias ha sido su afán de convertir. Me parece que en este caso el ateísmo cae en una contradicción. Por otro lado el punto de partida de la campaña me parece muy corto de miras. Crítica o niega un tipo muy concreto de concepto de divinidad, de Dios: el monoteísta entendido como juez. ¿Por qué si no deberíamos preocuparnos y no disfrutar la vida, si no es porqué Dios nos va a juzgar hasta por los más pequeños errores? Sin embargo Dios ha sido postulado de muchas otras maneras, más allá de una extrapolación antropomorfa y masculina con poder absoluto y ganas de venganza y de juzgar. Así que yo digo, ¿cómo negar a Dios? Si lo estoy viendo, tocando, respirando, sintiendo en cada momento ¿Cómo despreocuparse al no creer en Dios? Pero si justamente no creer en Dios tan solo deja un vacío bastante inquietante. No niego el vacío, ni niego la inquietud, lo que niego es que no creer en Dios sea sinónimo de despreocupación y viceversa.
Es lo que sucede cuando identificas la divinidad con atributos humanos, que puedes postular… si existiera Dios no permitiría todas las desgracias que acontecen… Que visión tan cerrada. La divinidad no es un ser individual que se preocupue o se despreocupe, es algo mucho más abstracto y complejo y a la vez algo mucho más sencillo. Es como un buen padre o madre que deja que sus hijos experimenten y aprendan por ellos mismos. No sirve de nada que le digas a un niño “cuidado no toques eso que quema”, si no sabe que es quemarse. Cuando se haya quemado una vez, entonces entenderá. La Conciencia evoluciona y la única manera de evolucionar es mediante la adquisición de experiencias, tanto las que llamamos buenas como malas. Es así de crudo.
Sea como sea, esta discusión y esta reflexión sobre si Dios existe o no me parece bastante infructuosa. Me parece mucho más útil, productivo y necesario reflexionar sobre si uno mismo existe o no. Todo lo que llamamos Yo es algo ilusorio: nuestro cuerpo es materia en continuo cambio, nuestra mente producto de nuestra biología y nuestro ambiente, nuestros actos serán pasto del olvido. La vida de un hombre no pasa de los 100 años… mientras que el Cosmos existe desde hace varios miles de millones de años. Nuestra vida es menos que una anécdota que sucede en un grano de arena en una playa infinita.
¿Porqué preocuparse por la riqueza? ¿Porqué preocuparse por el éxito, por la fama, por conseguir lo que deseamos? Todo es en vano. Nada de lo que hagamos será trascendente. Nuestra muerte es una mera ilusión. No podemos morir puesto que nunca hemos nacido, ya que no somos nada. La individualidad que experimentamos es una ilusión temporal, somos en realidad una parte indivisible de un conjunto mucho mayor. Así que simplemente nos queda una cosa, disfrutar sin preocuparnos, vivir intensamente, porque solo poseemos el presente. Y lo único trascendente que hay en nuestra vida es aprender, amar, conocernos y realizar en nosotros la Unidad.
En mi opinión esta campaña es una completa estupidez, por varios motivos. El primero es que no acabo de entender el objetivo que se persigue, y más cuando una de las críticas que se han hecho a las iglesias ha sido su afán de convertir. Me parece que en este caso el ateísmo cae en una contradicción. Por otro lado el punto de partida de la campaña me parece muy corto de miras. Crítica o niega un tipo muy concreto de concepto de divinidad, de Dios: el monoteísta entendido como juez. ¿Por qué si no deberíamos preocuparnos y no disfrutar la vida, si no es porqué Dios nos va a juzgar hasta por los más pequeños errores? Sin embargo Dios ha sido postulado de muchas otras maneras, más allá de una extrapolación antropomorfa y masculina con poder absoluto y ganas de venganza y de juzgar. Así que yo digo, ¿cómo negar a Dios? Si lo estoy viendo, tocando, respirando, sintiendo en cada momento ¿Cómo despreocuparse al no creer en Dios? Pero si justamente no creer en Dios tan solo deja un vacío bastante inquietante. No niego el vacío, ni niego la inquietud, lo que niego es que no creer en Dios sea sinónimo de despreocupación y viceversa.
Es lo que sucede cuando identificas la divinidad con atributos humanos, que puedes postular… si existiera Dios no permitiría todas las desgracias que acontecen… Que visión tan cerrada. La divinidad no es un ser individual que se preocupue o se despreocupe, es algo mucho más abstracto y complejo y a la vez algo mucho más sencillo. Es como un buen padre o madre que deja que sus hijos experimenten y aprendan por ellos mismos. No sirve de nada que le digas a un niño “cuidado no toques eso que quema”, si no sabe que es quemarse. Cuando se haya quemado una vez, entonces entenderá. La Conciencia evoluciona y la única manera de evolucionar es mediante la adquisición de experiencias, tanto las que llamamos buenas como malas. Es así de crudo.
Sea como sea, esta discusión y esta reflexión sobre si Dios existe o no me parece bastante infructuosa. Me parece mucho más útil, productivo y necesario reflexionar sobre si uno mismo existe o no. Todo lo que llamamos Yo es algo ilusorio: nuestro cuerpo es materia en continuo cambio, nuestra mente producto de nuestra biología y nuestro ambiente, nuestros actos serán pasto del olvido. La vida de un hombre no pasa de los 100 años… mientras que el Cosmos existe desde hace varios miles de millones de años. Nuestra vida es menos que una anécdota que sucede en un grano de arena en una playa infinita.
¿Porqué preocuparse por la riqueza? ¿Porqué preocuparse por el éxito, por la fama, por conseguir lo que deseamos? Todo es en vano. Nada de lo que hagamos será trascendente. Nuestra muerte es una mera ilusión. No podemos morir puesto que nunca hemos nacido, ya que no somos nada. La individualidad que experimentamos es una ilusión temporal, somos en realidad una parte indivisible de un conjunto mucho mayor. Así que simplemente nos queda una cosa, disfrutar sin preocuparnos, vivir intensamente, porque solo poseemos el presente. Y lo único trascendente que hay en nuestra vida es aprender, amar, conocernos y realizar en nosotros la Unidad.
“Probablemente TU no existes, deja de preocuparte y disfruta la vida.”