Cuando hace algunos años se hizo público el alto índice de infanticidios de niñas (recién nacidas o de pocos meses en orfanatos) que se producían en China en los países “desarrollados” se produjo a la vez el incremento masivo de adopciones a ese país.
Aunque en algunas regiones de Asia el infanticidio se ha venido usando como sistema de control de la natalidad hasta muy recientemente, aquí la noticia causó gran estupor. A la gran mayoría de miembros de nuestra sociedad nos causa un profundo impacto emocional el conocer asesinatos y muertes de niños pequeños.
El aborto por su lado está regulado y es legal en gran número de ocasiones, y aunque pueda causar tristeza en las personas implicadas, ni mucho menos es considerado un asesinato.
Los defensores del aborto critican a la religión el hecho de que esté en contra de ésta práctica. La iglesia defiende que desde el primer momento el feto ya contiene el alma y por tanto es un ser humano completo. Desde el punto de vista racional, claro está, no hay nada que pueda demostrar esto y por tanto la gente no comparte esta opinión. Permitidme decir una cosa: más estúpido es pensar que antes del parto y después del parto la situación ha cambiado. ¿Qué hay de diferente entre un feto de 7 meses y un recién nacido? ¿Es que acaso creemos que el alma se introduce en el nacimiento? ¿No verdad? En China la vida se cuenta desde la fecundación, allí la edad se cuenta sumando un año al día del nacimiento, para ellos es lo mismo abortar que matar al nacer, y como por recursos y medios la primera opción era inviable… la consecuencia es lógica. Y lo cierto es que el nuevo individuo se produce en el mismo momento de la fecundación, con la fusión de la información genético de óvulo y espermatozoide, a partir de ahí tan solo se produce el desarrollo de éste.
Veamos los motivos por los que aquí se considera válido el aborto.
Primeramente tenemos que el aborto es válido tan solo hasta un cierto número de meses. El motivo dado es que antes no se ha desarrollado suficientemente el sistema nervioso. Por tanto el feto no puede sentir. Un argumento bastante vacío diría yo: ¿a caso es menos grave matar a un ser humano con problemas cognitivos, tan solo porque no puede sentir de la misma manera? Alguien que está anestesiado no puede sentir dolor, ¿es menos grave matarlo? El sistema nervioso de un niño recién nacido no es tan maduro como el de un adulto, y no puede sentir igual. De hecho hasta el año de vida en realidad aún se produce la maduración que en la mayoría de especies animales se da durante el embarazo (vaya pero si los caballos cuando nacen ya caminan, que monos…). ¿Entonces es menos grave matar a un recién nacido que a un adulto o que a un niño de un año?
Otro argumento que me hace mucha gracia: “si son cuatro células”. Si nos guiamos por el número de células… sería menos grave matar a un ser humano que a un elefante, y sería más grave matar a un jugador de la NBA que a un jockey.
En general nos parece más trágica la muerte o asesinato de un niño que la de un anciano porque consideramos que el anciano ha tenido oportunidad de vivir una vida entera, mientras que el niño pierde la ocasión de vivir muchas cosas. Sin embargo ese argumento no lo trasladamos a un niño que aún no ha nacido… pero lo cierto es que aún ha tenido menos ocasión de vivir, ni siquiera ha podido experimentar un solo abrazo. Además en realidad la muerte lo único que arrebata es el presente, a un niño y a un anciano por igual, el pasado y el futuro siempre son proyecciones mentales. La muerte en sí no significa gran cosa, que muera un niño pequeño nos parece triste pero quien sabe como habría sido su vida en adelante, quizá hubiera sufrido el resto de su vida, por enfermedad, por violencia, por cualquier problema. No digo que matar o que muera un niño no sea triste, pero no me parece más o menos triste que la muerte de un feto, de un elefante o de una flor.
En este asunto lo que marca la diferencia realmente no es ni que sean cuatro células ni que no tenga el sistema nervioso completamente desarrollado, lo que marca la diferencia es el apego, es decir el ego. Es así de crudo: si no le hemos cogido cariño, no nos afecta. Es evidente, los abortos espontáneos causan mayor pena en la madre que los abortos buscados de embarazos no deseados. Ojos que no ven, corazón que no siente. Sabiduría popular. Pero no, nuestra sociedad se empeña a buscar motivos científicos y de “sentido común” para aprobar el aborto. En algunos países también buscan motivos similares para aprobar la ablación o la pederastia.
Para concluir, no abogo porque el aborto se deba prohibir, no creo que sea la solución prohibirlo. Eso sí espero que aquellos que no ven con malos ojos el aborto dejen de ver con malos ojos el infanticidio. No soporto la hipocresía, lo siento.
1 comentario:
Un gran aplauso desde Cádiz.
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