viernes, 17 de octubre de 2008

Jesús, el hijo gay de Dios, o sobre la naturaleza de la homosexualidad

“Si es que de una aberrante relación zoofilica entre una paloma y una mujer no podía salir nada bueno…. ¡Un hijo invertido!” Ésta podría ser la reflexión de algún recalcitrado conservador, pero eso sí no de uno católico. Porque, claro, lo de los demás es una mentira, pero lo mío es cierto.

El texto que reproduzco a continuación pertenece al llamado evangelio secreto de Marcos que circulaba, alrededor del siglo II d.C., entre los seguidores de Capócrates (quienes recibirán un homenaje por mi parte más adelante). Nótese que habla del mismo episodio que Juan 11:41-44 con algún añadido (¿o quizá es a Juan al que le falta algo?) :

"Y llegaron a Betania, y había allí una mujer cuyo hermano había muerto. Llegó, se postró de rodillas ante Jesús y le dijo: 'Hijo de David, ten piedad de mí'. Pero los discípulos la reprendían. Jesús se enfadó y se fue con la mujer hacia el jardín donde estaba la tumba. Y al instante se oyó desde el sepulcro una gran voz; y acercándose Jesús hizo rodar la piedra de la puerta de la tumba. Y en seguida entró donde estaba el joven, extendió su mano y lo resucitó. Y el joven, mirando a Jesús, sintió amor por él y comenzó a suplicarle que se quedara con él. Y saliendo de la tumba, se fueron a la casa del joven, pues era rico. Y después de seis días le dio Jesús una orden; y cuando cayó la tarde vino el joven a Jesús, vestido con una túnica sobre el cuerpo desnudo. Y permaneció con él aquella noche, pues Jesús le enseñaba el misterio del reino de Dios. Y saliendo de allí se volvió a la otra ribera del Jordán.".



(Pido disculpas al autor bizantino de tan bello icono, puesto que le he añadido un pequeño detalle para la ocasión).



Para la mayoría de nuestra sociedad (creyente o no) es realmente chocante que alguien pudiera considerar a Jesús como homosexual, o en todo caso como bisexual. De hecho para algunos resulta chocante considerarlo simplemente sexual, claro está. Lo cierto es que la homosexualidad puede ser valorada de muchas maneras. Para ciertos grupos de la época de la que hablamos se trataba de un acto iniciático de profundas y espirituales implicaciones. Puesto que se trata de introducir la vida (el sexo y el esperma) en la muerte (el lugar de nuestro cuerpo destinado a expulsarla), simboliza la unión de los contrarios, la superación de la dualidad, objetivo primordial en muchas vías místicas.
Para saber más de Carpocrates, y de otras valoraciones sagradas de la homosexualidad: http://www.antinopolis.org/carpocrates.html

Queda claro pues que la homosexualidad puede ser leída e interpretada de maneras muy diferentes. Lo que cabe preguntarse es si este comportamiento es exclusivo del género humano o no, en otras palabras de si se trata de un hecho cultural o genético (pregunta que viene a ser la misma, aunque no del todo). El hecho de que el ser humano separe el sexo de la reproducción podría ser un motivo para pensar que es cultural (como muchas parafilias). Pero lo cierto es que los animales aunque no separen sexo de reproducción no dejan por ello de sentir placer con el sexo (de hecho es un mecanismo para que tengamos sexo, así obtenemos una recompensa sensacional por reproducirnos, o intentarlo).

Hace tiempo que viene observándose comportamientos homosexuales entre muchas especies animales, y de hecho cada vez se detecta más. Se sabe que incluso entre los pingüinos se forman parejas homosexuales estables que toman piedras a modo de huevos y los incuban. Si se sustituyen las piedras por huevos, crían perfectamente a los pequeños polluelos. Por tanto queda perfectamente claro que la homosexualidad no es antinatural como algunos pretenden. Más información: http://www.elmundo.es/elmundo/2006/10/27/ciencia/1161950798.html y como no en la wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Homosexualidad_en_animales


Ahora bien este comportamiento tan extendido en la naturaleza, ¿qué origen tiene? No hay que olvidar que las diferencias entre el sexo femenino y el masculino son mínimas, siendo el segundo una modificación del primero (para los hombres, ¿no os habéis preguntado nunca para qué tenéis pezones si no podéis dar el pecho?). Esto permite que una pequeña variación genética (pudiera ser por ejemplo en los receptores de feromonas) fuera suficiente sentir atracción por el mismo sexo. Esto no quita que la educación y el ambiente social influyan en gran medida en nuestra orientación sexual, que por otro lado y debido a eso es más flexible y mutable de lo que tendemos a creer o aceptar (sea cual sea nuestra orientación sexual). En definitiva, con toda probabilidad la homosexualidad surge a raíz de varios factores, y esto es más cierto en el ser humano.

Sea como sea, algunos se preguntan ¿qué beneficios aporta esta conducta a nivel de capacidad de adaptación de la especie? Primero hay que tener claro que el hecho de que un comportamiento o variación genética-cultural se encuentre en una especie no supone a la fuerza un valor de adaptación. Hay muchas variedades genéticas que producen enfermedad y que siendo frecuentes no constituyen un beneficio al individuo. En este sentido muchos pueden argumentar que aunque no sea antinatural sí es una enfermedad, puesto que impide que los individuos homosexuales tengan hijos biológicos, o al menos reduce sus posibilidades. A este respecto es fácil contra argumentar, ¿incluimos pues a los ascetas, curas y monjes de todo el mundo en la categoría de enfermos? Como no tienen hijos…
Realizando un análisis más profundo, se podría aceptar que, sin poder clasificarse como enfermedad, tanto el ascetismo como la homosexualidad van en contra del progreso de la especie al hacer que haya menos individuos que traspasan su material genético a nuevos individuos. Esto también ha sido negado por algunos, con los que estoy de acuerdo. Se ha observado que en las especies animales en que existe la homosexualidad se da una mayor cooperación entre machos. Esto supone que aunque lo individuos homosexuales llegaran a no tener hijos nunca, el grupo puede adaptarse mejor, ser más eficaz y por lo tanto permitir que sus crías puedan crecer con más probabilidad de éxito de reproducirse ellos mismo. Es curioso como funciona la naturaleza, permite o favorece que haya individuos homosexuales y esto ayuda al grupo a seguir reproduciéndose. Hay que señalar que el hecho de que la sociedad humana haya permitido hasta ahora la existencia de ascetas es por el mismo motivo, a ese grupo de gente se le permite no tener hijos a cambio de ofrecer una serie de servicios al grupo para que éste funcione mejor… o al menos así ha sido hasta ahora.

Y en definitiva, y volviendo al principio para cerrar, el hijo de Dios fue homosexual, así que, para que decir más.

1 comentario:

vicenç dijo...

claro, de ahí viene lo de "es de la otra acera" aunque ha evolucionado... fue a la otra ribera, ser de la otra ribera, ser de la otra acera, claro, como ya no nos quedan ríos tenemos que decir aceras...

dios, voy a dormir!