jueves, 19 de septiembre de 2013

Escuelas de felación, short shorts o sobre el machismo imperante y la hipocresía sexual.

En estos últimos días he leído una noticia y un artículo que me han hecho reflexionar.
El artículo es una entrada en un bloc que sigo: la mosca cojonera, que se enlaza dentro del portal golfxsconprincipios dedicado a la ética alrededor de la sexualidad no convencional. En este artículo se habla de la nueva moda de vestir shorts muy shorts, de esos que dejan parte de las nalgas a la vista.


El artículo gira entorno a cómo nuestra sociedad juzga la moral de las mujeres en función de la cantidad de carne que enseñan. En la entrada del bloc usan esta foto para mostrar esta realidad.



No puedo estar más de acuerdo en que es un craso error juzgar la moral de alguien en función de lo desnudo o vestido que vaya por la calle. Mi reflexión particular va en otro sentido, pero antes de presentarla hablemos de la otra noticia.
Se trata de la aparecida en algunos medios en que se explicaba que en Rusia se ha abierto una escuela para enseñar a realizar una felación como Dios manda. Enseñan más de cincuenta técnicas. Sinceramente, me parece genial la sociedad fomente no solamente un sexo seguro sino además de calidad.



Entonces, ¿dónde está el problema? Porqué en el título de este post hablaba del machismo imperante y de la hipocresía sexual.
Vayamos por el machismo imperante.







Me pregunto si aquellos que han alabado lo de los short shorts (como en la imagen de antes en la que se proponía dar el premio nobel a su inventor) seguirán pensando lo mismo. Es muy significativo que por nuestras calles solamente veamos culos femeninos y no masculinos, y lo que piensa la gente cuando en algún caso se vea el de un hombre. De maricón para arriba. Además de que por supuesto solamente las chicas con buena figura puedan vestirlos, pues lo importante es la estimulación sensorial del macho. Y respecto a las clases de felación, no hay que ser muy listo para intuir que si las clases hubieran sido de comer coños (cosa ya más improbable porqué “las que tiene que follar bien son ellas”) nunca hubieran tenido el mismo eco mediático. Además de que resulta que a esas clases solamente pueden asistir mujeres. Si es que al final seguimos con aquello de que ellas son unas putas y ellos unos machos. Machismo y homofobia siguen a la orden del día.

Y en cuanto a la hipocresía sexual. Me pregunto si aquellos que se alegran de la existencia de los short shorts y de las clases de felación, y de que existan mujeres tan... desinhibidas realmente toleran ese comportamiento en no se, sus hijas, sus hermanas, su pareja, su madre. Las otras tienen que ser bien putas, pero solo las otras. Hipocresía a la máxima potencia.

Para acabar, aunque siguiendo con la hipocresía sexual y aunque esto merece un post aparte, queriendo distanciarme ahora de la división del género lo cierto es que esta sexualidad aparente que parece rodearnos constantemente dista mucho de traducirse realmente en actos materiales. Estamos bombardeados de erotismo para vendernos cosas, para vendernos a nosotros mismos, cuando a la hora de la verdad la sociedad continúa haciendo del sexo un verdadero. A veces se vende la idea de que el sexo no es tan importante, y precisamente el hecho de acotarlo con unas normas morales tan estrechas es consecuencia de darle más importancia de la que tiene. 

1 comentario:

Karmelator dijo...

En relación de la última reflexión del post, lo comentaba el otro día con una amiga, la concepción del sexo en occidente viene condicionada por las taras judeo-cristianas, pero no tiene porque ser algo malo.
Me explico, desde que estuve en Japón (cosa de la que presumo siempre que puedo) he pensado que su forma de entender el sexo como una expresión más del individuo es moralmente más evolucionado que la nuestra, por lo liberal y sin complejos del asunto, pero no olvidemos que las trabas morales que nos impone el condicionamiento social en occidente, convierte en algo místico y misterioso el acto sexual, transforma el momento del orgasmo en algo liberador y de entrega total.
Para entendernos, en oriente se entiende el sexo como un intercambio de energía, en occidente como una entrega. No tiene porque ser uno mejor que otro, pero ¿crees que se podrían dar la dos a la vez? ¿ y en una misma pareja como interaccionan esas dos concepciones ?