He
escrito en este blog en varias ocasiones acerca del poliamor. Pero lo
cierto es que desde hace ya un tiempo vengo comprendiendo que este
concepto no es el que más se adapta a mi perspectiva de las
relaciones.
Y
es que, por poner un ejemplo y supuestamente, aquel que está en el
ambiente swinger, no lo está en el poliamor, y viceversa. Desde la
perspectiva del poliamor queda fuera de su ámbito el tener una
relación esporádica fuera de la propia pareja, en tales ocasiones
para el ámbito “oficial” del poliamor, no hay amor.
Luego
está el concepto, más amplio, de la no-monogamia. Un no-monógamo
pues, pudiendo o no tener pareja, mantendrá otras relaciones:
amorosas y/o sexuales, esporádicas o mantenidas durante un tiempo.
Se acerca, pero no cubre bajo mi punto de vista la total realidad de
las relaciones humanas. Y es que el problema está en querer
clasificar, categorizar, etiquetar todo. Bueno, ya que parece que en
cierto modo necesitamos esas etiquetas, vamos a usar la más amplia
posible: anarquismo relacional.
Andie
Nordgren escribió este manifiesto para el anarquismo relacional
que me parece bastante interesante. Bajo mi punto de vista el
anarquista relacional no se preocupará por intentar enmarcarse
dentro de un tipo de relación preestablecida, sea monógama o
no-monógama. La base de esta perspectiva puede estar en actuar según
uno sienta, siendo plenamente sincero con uno mismo. Esto nos puede
llevar a quedar fuera de cualquier categoría predeterminada. Hasta
incluso diría que el anarquismo relacional va más allá de la
necesidad de que las personas implicadas en la relación sean
conscientes de todo lo que la otra persona siente o de su situación
vital. Siempre y cuando no haya la voluntad de dañar a las otras personas. Hay tantas formas de encarar una
relación como personas existen en este planeta, y decir que unas
formas son correctas o más correctas que otras es caer en el juicio
moral. Podemos pensar que unas pueden producir más sufrimiento o
dolor que otras, pero no que son más buenas o más malas.
Así
un anarquista relacional puede decidir involucrarse en una relación
monógama y no por eso es monógamo, pues a diferencia del monógamo
el anarquista relacional sabe que ha escogido una opción, y que esa
elección puede cambiar con el tiempo sin juzgarse moralmente por
ello, y por tanto no juzga cualquier otro tipo de opción relacional.
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