martes, 23 de julio de 2013

Inversión sexual II: prácticas sexuales.

En la expresión material de la búsqueda de la Consciencia de la Unidad en que lo masculino se hace femenino y lo femenino deviene masculino podemos describir varias prácticas sexuales que simbolizan este proceso.
No se trata de simples posiciones habituales para el coito, como aquella en la que la mujer se sitúa simplemente sobre el hombre. Estamos hablando de prácticas menos habituales, algunas más extremas que otras.
Voy a empezar hablando de la más extrema para acabar con aquellas más sencillas y asequibles para las mentes moldeadas por nuestros estándares sociales.

En la tradición tántrica existe una técnica considerada como la máxima expresión de la inversión sexual. Esta práctica consiste en la inserción del clítoris de la mujer en la uretra del hombre. Para conseguir tal proeza el hombre debe llevar a cabo el llamado vajroli, que consiste en el desarrollo de la capacidad de absorber líquidos con su pene a través de la uretra. Para esto el tantriki se introduce una cánula en su uretra, que con el tiempo es de mayor diámetro de manera que finalmente la uretra es suficiente grande como para poder introducir en ella el clítoris que además será succionado con el pene.

Hay otras formas más sencillas de conseguir la inversión sexual en la que la mujer penetre al hombre. Se trata del sexo anal heteresoxual en el que ella use sus dedos o consoladores (idealmente atado mediante un arnés) para penetrarlo a él. Aunque durante esta opción la mujer no recibe placer directo, a no ser que el consolador sea doble, la inversión de roles se produce igualmente.

Por último existen algunas posiciones para el coito “estándar” que son inversiones totales de las que suelen practicarse. Una de ellas consiste en que el hombre permanece estirado mientras la mujer es penetrada encima pero ella se estira completamente sobre él. La mujer mantiene las piernas cerradas y el hombre abiertas.

Ilustración de "El sexo sentido" de Guillermo Ferrara


En la otra, la inversión es la de la posición de la mujer montando sobre el hombre. Ella permanece estirada con las piernas juntas mientras él se sitúa sentado sobre ella con las piernas separadas.


Podemos limitarnos a una búsqueda en el plano mental y de la consciencia de esa androginia o hermafroditismo que nos lleva a la consciencia de la Unidad o bien podemos representar simbólicamente en el plano manifiesto tal unión. No olvidemos que el símbolo evoca con gran poder y transforma profundamente nuestra psique. 

No hay comentarios: